Messi y Mbappé.
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PSG despertó con Messi y Mbappé: golearon 3-0 al Marsella

En el clásico de Francia.

Aún quedan 13 jornadas, aún hay territorio suficiente para un desplome imprevisto, aún sostienen las matemáticas la competencia por la Ligue 1, pero la realidad es concluyente a favor del París Saint Germain, Kylian Mbappé y Lionel Messi, que fulminaron al Marsella con tres goles entre los dos; agrandaron su ventaja hasta los ocho puntos y zanjaron el campeonato, salvo catástrofe de aquí al final (0-3).

Después de las dudas, de los apuros, de las tres derrotas sufridas en el torneo tras la reanudación de la Ligue 1 después del Mundial de Qatar 2022, de la alarma de los tropiezos contra el Mónaco, el Lens y el Rennes, de haber perdido en tres de sus cuatro salidas más recientes, de los triunfos a última hora, respondió en el momento más comprometido, en la visita al Velodrome de Marsella contra el segundo de la tabla, a cinco puntos antes del inicio del choque, a ocho después y al que desbordó con una autoridad que describe la diferencia.

De Messi a Mbappé y viceversa. Incontestables, a las puertas de la resolución este mismo lunes en París de los Premios 'The Best' de la FIFA. Ambos son finalistas junto a Karim Benzema.

Entre los innumerables recursos del PSG, ambos tienen aún más que nadie. Si es, además, a terreno abierto, con espacios, al contragolpe, la combinación los hace imparables para cualquier rival. Cuando se dio cuenta el Marsella, ya estaba noqueado. De dos acciones, de la imponente pegada del conjunto visitante, entre los minutos 24 y 28, el equipo local salió malparado, doblegado, dentro de una pesadilla que lo apabulló. Sin matices. Sin reacción.

Mbappé había transitado por la nada desde el minuto 5, cuando puso un centro a Fabián cuyo remate fue despejado después por Pau López, hasta el 24, cuando su equipo construyó un contragolpe a toda velocidad. De Vitinha a Messi y de éste a Mbappé. Inalcanzables. Definitivos.

El desmarque del fenomenal delantero francés, el pase del campeón del mundo argentino y la resolución cruzada, en dos toques con la derecha de Mbappé, concentraron en un instante la dimensión de ambos jugadores, cuando asoma en el horizonte el desafío de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich. Necesita ganar en Alemania. Necesita al menos un gol. Más que posible con dos jugadores de tal clase.

Otro ejemplo fue el 0-2. No se había repuesto aún el Olympique del primer golpe, cuando recibió otro. Fulminante. Mbappé recogió la pelota en la banda izquierda del ataque, levantó la cabeza, miró y envió el pase al sitio justo, con la potencia exacta, con una precisión absoluta, para el remate de Messi en el área, indetectable para la defensa para aprovechar el regalo de su compañero. Otro gol, otro abrazo, protegidos por los escudos antidisturbios de la seguridad del estadio, como ocurrió en el 0-1, en cada córner...

El PSG no se fue al descanso con una goleada de escándalo por una cuestión de pegada. Toda la que demostró antes desapareció después, en una ocasión de Messi que es gol siempre, menos este domingo; con otra acción de Mbappé que rozó el 0-3, con una más de Marquinhos, como si fuera un delantero, con una superioridad absoluta a la que fue incapaz de rebelarse el Marsella, ni con una falta directa de Alexis repelida por Donnarumma.

Aún abrieron más distancia Messi y Mbappé. Otra conexión. De Mbappé a Messi al borde del área, del argentino al francés por encima de la defensa, con un balón picado, que conectó de primeras, de volea, cruzado, fuera del alcance de Pau López, el fenómeno francés, que igualó el récord de Edinson Cavani como máximo goleador del PSG. Suma 200 tantos con los dos de este domingo, como el delantero uruguayo, ahora en el Valencia.

El destino del partido ya estaba escrito. Quizá también, salvo sorpresa, el de la 'Ligue 1', una misión hoy aparentemente imposible para el Olympique de Marsella, que había sufrido sólo una derrota en las últimas doce jornadas, que había ganado diez de esos encuentros y que se había ilusionado con la ocasión de ser campeón más de una década después (no gana el campeonato desde 2009-10)... hasta que se cruzó con el París Saint Germain. Es superior.

Dio igual la prometedora puesta en escena del Marsella. Nada importó que Tavares dispusiera de dos oportunidades que alertaron al PSG, que perdió en el minuto 13 a Kimpembe por una lesión con mala pinta, retirado en camilla, con las manos en la cara, a la espera de los exámenes para determinar el alcance de la dolencia, que apunta al Tendón de Aquiles. Después apareció por el banquillo, con muletas, para ver la exhibición de Mbappé.

EFE

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